¿Quién sabe lo que le depara la vida? ¿Quién no ha sentido ese vacío dentro de perder lo anhelado? ¿Quién no se ha cuestionado y arrepentido de sus acciones pasadas? ¿Quién ha logrado trascender lo mundano y llegar aun nivel espiritual en el que todos esos sinsabores no se dan? Se de un par de afortunados, y el personaje Tubalius es uno de ellos.
A lo largo de la lectura me pude dar cuenta del poder casi superior que tiene la música, de llevar a un hombre marcado por la lucha a un estado de gracia superior a todos los trances imaginables. No es un efecto maligno, es un abrir de ojos maravilloso. Poder despertar y ver el cosmos funcionar y tener sentido a tu alrededor. Poder mirar tu contexto y encontrar a ese dios “sol” en todas las labores diarias. Y la música es la responsable.
La música es inexplicable, no se puede reducir a un sonido. La música no es sonido (meramente), la música es el aire del alma (sin tratar de sonar cursi en absoluto). La música es tan vital para el funcionamiento humano que aunque no estemos educados en ella buscamos hasta el remedio mas barato para nuestra necesidad. La música es una necesidad.
En Tubalius vemos el ejemplo perfecto, un hombre que ha vivido (hasta de por mas) encuentra en la música un refugio y una explicación al mundo. Encuentra aun mas que eso, se afiebra de pasión, la música toma matices diferentes en su mente... trasciende los sentimientos que cualquiera tiene sobre la música... ve el cosmos en ella. Filosofa al punto de que lo creen loco, pero he aquí un detalle: lo creen loco pero un “dotado” musical.
La música posee un peso especial en las personas, en nuestro pensamiento. La música nos fascina porque no podemos comprender su efecto en nosotros. Es ésta tan poderosa que no lo podemos describir sensatamente, cuando alguien lo intenta... queda tildado de loco. Es increíble el poder de la música en la sociedad, pero cumple un papel mayor la vida de cada individuo.
¿cómo hallar la configuración del cosmos mediante música? ¿cuán loco suena eso? No mucho cuando te encuentras en éxtasis de conocimiento. ¿Por qué nos suena tan mal? Porque la música no es un ciencia exacta y lo sublime no es algo convencional. Porque nadie te puede decir sí, con la certeza de que existe una ley natural respaldándolo. Pero todo sobre la música es natural, es algo que fluye del ser. La música (como dije antes) no es sonido, es de una materialidad diferente que sólo se toca con la mente y el alma... los oídos no le hacen justicia.
¿Quién sería el sabio que podría interpretar todas las connotaciones de una nota? El mensaje que nos manda “dios” en ellas. El mensaje que sale de nuestro interior usándolas de excusa. La universalidad de la música es, además de fascinante, extrañamente natural. A nadie le sorprende que alguna pieza escrita en 1580 tenga la misma vigencia entonces que ahora. La música es eterna y efímera a la vez y tal vez allí reside eso que nos fascina tanto.
Eterna porque perdura más allá de lo que se puede predecir, en términos materiales como en espirituales. Esa pieza que nos conmovió tanto hace 20 años y no hemos escuchado desde entonces nos conmueve de la misma forma así sea sólo un recuerdo en nuestra mente. Y nos es completamente natural.
Y la naturaleza es algo esencial en la experiencia de Tubalius. Vemos su fascinación por el pututu y las muchas interpretaciones al mismo, pero en lo que creo que acierta es en que, nada creado por el hombre se podrá jamás comparar a la imponencia y fuerza que el pututu te demuestra. La gente se postra al sonido del mismo... es el sonido de lo superior, de aquella entidad a la que tu existencia honra.
Es en esta magnificencia y superioridad en la que nos solemos perder cuando reflexionamos sobre la música. Supera las capacidades de un ser humano, es como querer filosofar hasta encontrar la materia de la que está hecho Dios. Por ser algo tan básico como el aire o el fuego es casi inherente a nuestra existencia la suya y estamos sumidos en nuestra costumbre de que siempre estará ahí.
Cuando era pequeña me encontré muchas veces pensado “¿qué va a pasar cuando todas las combinaciones de notas, melodía y ritmos se terminen? ¿se terminará la producción musical? ¿ya no existirá más música? ¿dejaremos de escucharla porque todo será repetición?” asumiendo que llegara a existir este Apocalipsis musical; yo creo que la música siempre existirá y siempre fascinará al ser humano, ya sea ahora, hace 100 años o en 100 años más. La vida se hace música simplemente dejando pasar el tiempo, mientras el individuo crece y envejece crea música, lleva su vida a un ritmo, canta una melodía y como resultado cada persona hace música diferente. Por eso música existirá hasta que se acaben los hombres.
A lo largo de la lectura me pude dar cuenta del poder casi superior que tiene la música, de llevar a un hombre marcado por la lucha a un estado de gracia superior a todos los trances imaginables. No es un efecto maligno, es un abrir de ojos maravilloso. Poder despertar y ver el cosmos funcionar y tener sentido a tu alrededor. Poder mirar tu contexto y encontrar a ese dios “sol” en todas las labores diarias. Y la música es la responsable.
La música es inexplicable, no se puede reducir a un sonido. La música no es sonido (meramente), la música es el aire del alma (sin tratar de sonar cursi en absoluto). La música es tan vital para el funcionamiento humano que aunque no estemos educados en ella buscamos hasta el remedio mas barato para nuestra necesidad. La música es una necesidad.
En Tubalius vemos el ejemplo perfecto, un hombre que ha vivido (hasta de por mas) encuentra en la música un refugio y una explicación al mundo. Encuentra aun mas que eso, se afiebra de pasión, la música toma matices diferentes en su mente... trasciende los sentimientos que cualquiera tiene sobre la música... ve el cosmos en ella. Filosofa al punto de que lo creen loco, pero he aquí un detalle: lo creen loco pero un “dotado” musical.
La música posee un peso especial en las personas, en nuestro pensamiento. La música nos fascina porque no podemos comprender su efecto en nosotros. Es ésta tan poderosa que no lo podemos describir sensatamente, cuando alguien lo intenta... queda tildado de loco. Es increíble el poder de la música en la sociedad, pero cumple un papel mayor la vida de cada individuo.
¿cómo hallar la configuración del cosmos mediante música? ¿cuán loco suena eso? No mucho cuando te encuentras en éxtasis de conocimiento. ¿Por qué nos suena tan mal? Porque la música no es un ciencia exacta y lo sublime no es algo convencional. Porque nadie te puede decir sí, con la certeza de que existe una ley natural respaldándolo. Pero todo sobre la música es natural, es algo que fluye del ser. La música (como dije antes) no es sonido, es de una materialidad diferente que sólo se toca con la mente y el alma... los oídos no le hacen justicia.
¿Quién sería el sabio que podría interpretar todas las connotaciones de una nota? El mensaje que nos manda “dios” en ellas. El mensaje que sale de nuestro interior usándolas de excusa. La universalidad de la música es, además de fascinante, extrañamente natural. A nadie le sorprende que alguna pieza escrita en 1580 tenga la misma vigencia entonces que ahora. La música es eterna y efímera a la vez y tal vez allí reside eso que nos fascina tanto.
Eterna porque perdura más allá de lo que se puede predecir, en términos materiales como en espirituales. Esa pieza que nos conmovió tanto hace 20 años y no hemos escuchado desde entonces nos conmueve de la misma forma así sea sólo un recuerdo en nuestra mente. Y nos es completamente natural.
Y la naturaleza es algo esencial en la experiencia de Tubalius. Vemos su fascinación por el pututu y las muchas interpretaciones al mismo, pero en lo que creo que acierta es en que, nada creado por el hombre se podrá jamás comparar a la imponencia y fuerza que el pututu te demuestra. La gente se postra al sonido del mismo... es el sonido de lo superior, de aquella entidad a la que tu existencia honra.
Es en esta magnificencia y superioridad en la que nos solemos perder cuando reflexionamos sobre la música. Supera las capacidades de un ser humano, es como querer filosofar hasta encontrar la materia de la que está hecho Dios. Por ser algo tan básico como el aire o el fuego es casi inherente a nuestra existencia la suya y estamos sumidos en nuestra costumbre de que siempre estará ahí.
Cuando era pequeña me encontré muchas veces pensado “¿qué va a pasar cuando todas las combinaciones de notas, melodía y ritmos se terminen? ¿se terminará la producción musical? ¿ya no existirá más música? ¿dejaremos de escucharla porque todo será repetición?” asumiendo que llegara a existir este Apocalipsis musical; yo creo que la música siempre existirá y siempre fascinará al ser humano, ya sea ahora, hace 100 años o en 100 años más. La vida se hace música simplemente dejando pasar el tiempo, mientras el individuo crece y envejece crea música, lleva su vida a un ritmo, canta una melodía y como resultado cada persona hace música diferente. Por eso música existirá hasta que se acaben los hombres.
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