jueves, 13 de diciembre de 2007

Littlest Things

Odio el verano, y es creo una reacción. Acción: amar el invierno. Reacción: odiar el verano. Odio el verano y todo lo que lo acompaña, la playa, las clases de verano, las fiestas, etc. Los pocos años que disfruté del verano fueron en mi niñez y aún ese olor a humedad y calor me recuerdan esos veranos que pasé en la casa de mi tia Juanita con Edú, Yoyo y mi tía Gre (y en un verano mi hermanita Andrea), en la piscina comiendo KFC y llendo al cine casi todos los dias, viendo películas de terror en la noche y jugándo con la última consola de juegos que habría salido aquel año. Esos 4 años fueron un limbo en mi odio hacia el verano, y no se porqué. Talvez era la grandeza, me recuerdo sentada en mi ventana esperando que el Sedán azul de mi tía se estacionara, me recogiera y me alejara de mi casa común y aburrida; que me llevara a su casa donde estaban todos en la piscina con los flotadores y con los juegos de verano. Solo el llegar a Surco era una aventura para mí, que tenía 9 años y vivía en Pueblo Libre, era casi un viaje interprovincial, comer canchita que reventaba en el microondas, ir al cine en el JOCKEY PLAZA, era tan grande que talvéz estaba tan sobrecogida por todas esas cosas que olvidé que la humedad y el calor no se te quitan ni aunque estés en la piscina o en una sala de cine con aire acondicionado, que los shorts son atrozmente incómodos y que soy propensa al resfrío más en verano que en cualquier época del año, que los helados engordan, que el KFC no es saludable, que los juguetes de piscina son un peligro de asfixia y que mis primos no me caen. Y he vuelto, es más ahora vivo a un par de cuadras de ellos, estudio al lado de Jockey Plaza y me escabullo al cine todos los dias.

El año pasado fue diferente, fue el mejor verano que he tenido. El año pasado no hice nada en verano que no fuera ir a la playa con mi Andi o salir a webear con mi Andi, o ver películas con mi Andi o hablar con mi Andi. Así que fue otro pedacito de limbo, ya que mis papás se dieron cuenta que no hice NI MIERDA ese verano. Ahora estoy repleta de actividades y no veré tanto a mi Andi porque él también trabaja y está un poquis absorvido por su trabajo y no sé. Creo que me dará otra migraña.

2 comentarios:

Luis Iparraguirre dijo...

El verano no es de mi agrado tampoco, sallvo cuando voy a pescar. es una entrega entre el mar y yo. Y los pecesitos que caen en mi caña. Algo de bueno trae el sol, siempre.

markín dijo...

Bueno, cosas del calor.

la playa en placer es bueno;pero, bajo el ojo vigilador de padres ufff, con cuidado debemos ir.

Siempre están con el látigo de : qué diablos hiciste?

Chau.